Lejos, lejísimos, de ser una fanática del arte culinario he tenido la oportunidad de trabajar en la cocina de una cafetería y, a decir verdad, no fue tan tedioso como lo esperaba. Además, en mi paso por este pasajero empleo, aprendí varias cosas que algún día podré utilizar para no morir de hambre cuando mi santa madre deje de prepararme las cenas y almuerzos de cada día.
Muchas veces podremos evadir tener que cocinar, ya sea convenciendo a otro individuo para que lo haga por nosotros con tácticas especiales, o no tan especiales, (que describiré en algún otro artículo para no desviarme de este tema tan importante que nos compete aquí y ahora), ya sea discando el número telefónico de nuestro delivery amigo. Pero debo comunicarles que según fuentes muy confiables consultadas por quien escribe, existe un 87,3% de posibilidades de que en algún momento de esta larga vida tengamos que, no solo cocinar sino también realizar una de las cosas más engorrosas que puede pasarle a uno: ¡cortar una cebolla! Gracias a mis recientes conocimientos culinarios puedo pasar a explicarles la mejor manera de efectuar esta última tarea, sin terminar llorando cual niña que ve por primera vez la película “Titanic” (sí, esa parte, esa en que ella le dice a él, “Jaack, Jaaaack” pero el pobre chico ya no le responde).
Solo necesitamos unos pocos elementos: una tabla, un cuchillo filoso,y un tarro con agua. (Por favor, no olvide lavarse las manos antes de ponerse a cocinar, no sea roñoso). Para empezar sostenemos a la bendita cebolla con una mano, la que usted quiera, y la atravesamos con el cuchillo firmemente a unos
Ahora sí, ahí está. Toda blanquita, con aires de indefensa, pero dispuesta a hacerlo llorar como un bebé y sin saber que usted, mucho más astuto que el vegetal, leyó estas instrucciones. Entonces, antes de pegar el primer cuchillazo detonador, coloca la cebolla en un tarro con agua durante unos 17 segundos (está bien, no hace falta ser tan preciso en la cantidad de tiempo. Entre 16 y 18 segundos está bien). Una vez pasado ese tiempo, retira la cebolla del tarro, la coloca sobre la tabla y comienza a rebanarla con el cuchillo, así como en un principio hizo para desprender los extremos de la cebolla. Para que el proceso sea totalmente exitoso es una buena opción respirar por la boca, y no por la nariz, mientras realiza este último paso.
De esta manera, usted puede cortar una cebolla y que como máximo solo se le piante un lagrimón, en lugar de, como canta Luismi, lloraaaaar y lloraaar.
Valentina Guffanti
1 comentario:
Excelente... cada vez que lo leo me gusta más.
Por Ramiro el RECETA PARA DESCUBRIR SOLUCIONES el 22/06/10
Publicar un comentario