Bienvenida

Hola a todos:

Este blog es un espacio para el intercambio de los alumnos de Taller de Expresión I de la cátedra Reale.Aquí va una cita de Umberto Eco para iniciar nuestra aula virtual.

"Cuando un escritor dice que ha trabajado impulsado por la inspiración, miente".
Estela

lunes, 15 de junio de 2009

domingo, 7 de junio de 2009

LO QUE EL "ZOOM" NOS DIO



Acercarse. Más. Más cerca. Ver al otro. Tenerlo. Decubrir partes ocultas guardadas en partes visibles. Compartir. Dar todo. Y cada parte. No ser más. Uno. Ser dos. Ser hasta dejar de ser. Dos. Ser uno nuevo. Mirarse. Extrañarse. No gustarse. Mirar al otro. Sentir que se está mirando uno. Asustarse. No decirlo. Alejarse. Alejarse más. Dejar al otro. Dejarse. No encontrarse. No ver al otro. No ver. Irse acercando. Ver. Ver un poco más. Volver a ver al otro. Examinarlo. Parte por parte. Detalle por detalle. En totalidad. Es otro. Uno también. Es otro. Diferente. No el mismo. Que quería. A ese otro. Que es. Lo que no era. Y que lo quería. A uno. Ahora no. No lo quiere. Lo ve. Desde muy cerca. Y no encuentra. Lo que quería. Entonces se despide. De uno. Y se va. Alejando. Y se va. Haciéndose. Cada vez más pequeñito. Para uno. Que lo mira. Hasta que desaparece.



Michelle Sauber




Indistinguible, te observo desde lejos, parecés pequeño, mínimo, parte de la multitud que te rodea. Y en realidad sos eso, uno más de la masa. Me llamás y me acerco, pero solo unos metros. Todavía me resultás extraño.
La confusión se va disolviendo. A medida que me aproximo empiezo a distinguirte del resto, me focalizo en vos y ya no parecés idéntico a los demás, sos distinto, pero no único, diverso. Todo lo que está a tu alrededor se vuelve insignificante, borroso. Te convertís en el centro de mi atención.
Ahora te tengo a unos metros y te presentás ante mí altanero, soberbio. Percibo tus colores y comprendo porqué te creés supremo, el mejor de tu especie. Tu piel parece ser suave, me está llamando, me pide que la acaricie y lo hago. Ya no puedo resistirme. Aterciopelada como ninguna mis dedos se deslizan sobre ella recorriendo tu contorno. Tu aroma, delicado, me hace remontar en el tiempo. Pienso que ya te he tenido delante de mí antes, pero es imposible, te hubiera reconocido desde un principio.
Me avecino aún más, te tengo justo frente a mi boca. Mis dientes se hunden en tu carne amarillenta y jugosa, y en ese preciso instante mi ilusión se desvanece. Por dentro estás podrido, agusanado, tu sabor es agrio, desagradable, pero tu cuerpo es perfecto. Es imposible no caer en tu trampa y yo caigo, te creo hasta que te pruebo. El impulso por retenerte se derrumba cuando te miro y encuentro en mi boca ese horrible sabor persistente. Entonces te suelto.
Desilusionado me alejo, te convertís nuevamente en uno más del montón, tu cuerpo yace en el piso con posibilidades nulas de engañar a alguien más. Mi mordida se ha convertido en tu condena.



Natalia Calabrese

NOTA EN LA REVISTA Ñ

En la revista Ñ salió publicada una nota sobre Roberto Arlt, se titula: "Cronista con armas de escritor".
Aquí pueden acceder al texto:

http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2009/05/23/u-01924741.htm

UN MONÓLOGO

LO QUE USTED SIEMPRE QUISO SABER ACERCA DE SUPERMAN

“Lo que más me incomoda es tener que disfrazarme de ser humano. Porque yo no soy como esos superhéroes que son personas y se disfrazan de superhéroes, yo soy un superhéroe que me tengo que disfrazar de hombre. Yo nací con mis poderes, los heredé de mis viejos, no los tengo porque me picó una arañita o porque me sobraba la guita y el tiempo y me pintó disfrazarme de murciélago para salir a fajar chorros.
Es muy molesto esto de aparentar ser una persona, lo repito. La rutina, los anteojitos, las camisas que te marcan el chivo y los horarios no son para mí. Además me tengo que bancar que me llamen Klark Ken, nombre más de salame no se les pudo ocurrir. En Krypton me decían Kal-el, eso sí que es un nombre de macho.
Krypton...ahí si que se la pasaba lindo. Mujeres hermosas, peladas, sin dedos en los pies y con las pupilas totalmente blancas. Los habitantes andaban siempre desnudos, no como ahora que me tengo que poner esta zunga roja que es más incómoda que viajar en el subte a las siete y media de la tarde o estas botas hasta las rodillas que acumulan tanto olor a roquefort como los zapatos de una adolecente luego de una fiesta de quince. Además, lo único que hace este traje es resaltar los rollos que me salieron desde que caí en el planeta Tierra y todo porque acá la “convención” es andar vestido. La comida chatarra que tengo que ingerir me dejó como si hubiera salido de la casa de Gran Hermano. Recuerdo un día que me traté de levantar a la Mujer Maravilla y ella se sinceró diciendo: “Mirá Supi vos serás muy fortachón y divertido pero estas más gordo que Ronaldo y el Ogro Fabiani juntos”. Pero esto es así, el pancho del kiosco del barrio, el chori a la salida del boliche y demás alimentos que me dejaron de esta manera.
Por último, estoy en campaña para enviar una carta a la Asociación de Monstruos Agremiados para que de una vez por todas envíen a la Tierra una amazona bien bonita. Ya estoy harto de atacar siempre a los mismos bichos de diez y seis cabezas que lanzan moco por los oídos o los terremotos producidos por moles que me descarrilan todos los trenes, nunca un enemigo con el que pueda solucionar las cosas charlando y luego, quién sabe, invitarla a tomar algo.”
Ramiro Parodi