Bienvenida
Este blog es un espacio para el intercambio de los alumnos de Taller de Expresión I de la cátedra Reale.Aquí va una cita de Umberto Eco para iniciar nuestra aula virtual.
"Cuando un escritor dice que ha trabajado impulsado por la inspiración, miente".
Estela
lunes, 29 de noviembre de 2010
Cambio de fecha:: lunes 6 de diciembre
Nos vemos en el aula 4 de planta baja.
Saludos.
Estela
martes, 28 de septiembre de 2010
Jornada de Protesta Universitaria
lunes, 21 de junio de 2010
MIÉRCOLES 23 DE JUNIO
Saludos.
Estela
sábado, 5 de junio de 2010
MONÓLOGO DE RICARDO FORT
que harían si tuvieran una vida como la mía, pero la realidad es que no tienen ni las más mínima idea de lo pesado que es cargar con mi apellido: es muy difícil ser yo.
Las frases que comentan permanentemente son variadas pero siempre aburridas y poco originales. La que más me enoja es la que escucho más seguido: “Este tipo sí que no tiene ningún problema”.¡Cómo se equivocan! Podría sentarme horas y horas a contarles las complicaciones con las que convivo a diario.
Sin ir más lejos, el último granizo me encontró paseando con mi Mini Cooper 2009,
el viejito, por la zona de San Isidro y se me rayó todo. No me quedó otra que levantarme más temprano al día siguiente, a eso de las doce y media del mediodía, para ir a la concesionaria a elegir otro. Pero como si no fuera lo suficientemente trágico, los problemas no acabaron ahí. Había dos autos que me gustaban: uno por el modelo y otro por el color. Sin embargo, en esa situación sí que preferí invertir en salud y ahorrarme el estresante momento de tomar semejante decisión: compré los dos.
Yo entiendo que cosas así le pasaron a más de uno, pero no todos tienen que lidiar a diario con la multitud de periodistas ineptos que no tienen nada que hacer y se divierten haciendo todo tipo de chistes fáciles en torno a mi familia y mi apellido. Por ejemplo, esos ignorantes que me andan relacionando con un primo que se llama Roque. A esos les diría que por lo menos yo soy de la familia de los quesos, que son mucho menos grasa que la de ellos, que son unos salames.
Como si no fuera poco con los periodistas, tengo que soportar que me pongan imitadores de cuarta con esos físicos truchos que no se asemejan al mío en lo más mínimo; por el contrario, la mayoría dan la sensación de que se comieron la fábrica de chocolates entera, con Willy Wonka adentro y todo. Les marcan con un marcador los abdominales y piensan que ya son iguales a mi. ¡Qué insulto a mis trabajadísimos músculos! Si me hubieran dicho que tendría tanta aceptación marcando cuatro rayas locas en mi panza no me hubiera gastado los millones que gasté en cirugías y los hubiera invertido en algo más coherente como en mi catorceavo yate o en un psicólogo más para mis peces.
Además, si bien soy conciente de que gracias a la empresa de chocolates tengo lo que tengo, juro que todavía me pregunto por qué no se le ocurrió a mi familia fabricar clavos, sillas o cualquier otra cosa. No es que no me gusten las golosinas pero eligieron un producto con el cual es muy sencillo para cualquiera relacionar a mi apellido para todo tipo de comparaciones y metáforas. Por ahora estoy resignando uno de mis grandes sueños para no dejarles el chiste en bandeja: comprarme un submarino.
Sin embargo yo sé que van a seguir hablando porque tienen envidia de algo que tengo yo y nadie más. No es por la mansión, la tarjeta dorada, mi lomo, mi encantadora voz, mi chica, mis gatos o por mi Mini Cooper. No, yo tengo muy en claro que lo que despierta en todos ese odio tan incontrolable, es la colección entera de los muñequitos Jack que tengo guardada en la caja fuerte más segura.
ANGIE SAMMARTINO
domingo, 2 de mayo de 2010
INSTRUCCIONES PARA CORTAR UNA CEBOLLA
Lejos, lejísimos, de ser una fanática del arte culinario he tenido la oportunidad de trabajar en la cocina de una cafetería y, a decir verdad, no fue tan tedioso como lo esperaba. Además, en mi paso por este pasajero empleo, aprendí varias cosas que algún día podré utilizar para no morir de hambre cuando mi santa madre deje de prepararme las cenas y almuerzos de cada día.
Muchas veces podremos evadir tener que cocinar, ya sea convenciendo a otro individuo para que lo haga por nosotros con tácticas especiales, o no tan especiales, (que describiré en algún otro artículo para no desviarme de este tema tan importante que nos compete aquí y ahora), ya sea discando el número telefónico de nuestro delivery amigo. Pero debo comunicarles que según fuentes muy confiables consultadas por quien escribe, existe un 87,3% de posibilidades de que en algún momento de esta larga vida tengamos que, no solo cocinar sino también realizar una de las cosas más engorrosas que puede pasarle a uno: ¡cortar una cebolla! Gracias a mis recientes conocimientos culinarios puedo pasar a explicarles la mejor manera de efectuar esta última tarea, sin terminar llorando cual niña que ve por primera vez la película “Titanic” (sí, esa parte, esa en que ella le dice a él, “Jaack, Jaaaack” pero el pobre chico ya no le responde).
Solo necesitamos unos pocos elementos: una tabla, un cuchillo filoso,y un tarro con agua. (Por favor, no olvide lavarse las manos antes de ponerse a cocinar, no sea roñoso). Para empezar sostenemos a la bendita cebolla con una mano, la que usted quiera, y la atravesamos con el cuchillo firmemente a unos
Ahora sí, ahí está. Toda blanquita, con aires de indefensa, pero dispuesta a hacerlo llorar como un bebé y sin saber que usted, mucho más astuto que el vegetal, leyó estas instrucciones. Entonces, antes de pegar el primer cuchillazo detonador, coloca la cebolla en un tarro con agua durante unos 17 segundos (está bien, no hace falta ser tan preciso en la cantidad de tiempo. Entre 16 y 18 segundos está bien). Una vez pasado ese tiempo, retira la cebolla del tarro, la coloca sobre la tabla y comienza a rebanarla con el cuchillo, así como en un principio hizo para desprender los extremos de la cebolla. Para que el proceso sea totalmente exitoso es una buena opción respirar por la boca, y no por la nariz, mientras realiza este último paso.
De esta manera, usted puede cortar una cebolla y que como máximo solo se le piante un lagrimón, en lugar de, como canta Luismi, lloraaaaar y lloraaar.
Valentina Guffanti
sábado, 24 de abril de 2010
RECETA PARA DESCUBRIR SOLUCIONES
Para nuestra solución vamos a necesitar:
- Problema (preferentemente 1 solo)
- Consejos de allegados (7 aproximadamente)
- Tiempo para reflexionar (no menos de una semana)
- Punto de vista panorámico sobre el problema (1)
- Lágrimas (50 centímetros cúbicos aproximadamente)
- Epifanía (1)
- Metáforas, metonimias, y figuras retóricas surtidas (a gusto)
1) Se pela y se lava el problema de modo que sea visible y evidente. Dicho proceso requiere un instructivo propio que excede los propósitos de éste, pero existe y puede adquirirse editado por esta misma editorial.
2) Se condimenta consejos de allegados. Se recomienda variedad de calidades: desde simples conocidos, hasta gente amada, desde consejos esperanzadores, hasta pesimistas. Pero no se sugiere el exceso, porque los consejos son como la sal. Condimentado correctamente, el problema marinará mucho mejor en el siguiente paso.
3) Se deja en remojo en un tiempo de reflexión no inferior a cinco días. Los estímulos recibidos incluido el del problema original son muchos, y debemos dar tiempo a que se acomoden los sabores, y se generen las texturas. El tiempo de reflexión le dará las profundidades reales al problema, o mejor dicho, las revelará, lo cual nos lleva al siguiente paso.
4) Con los estímulos calmados y las profundidades reveladas, procederemos a un último reposo del problema antes de la cocción, bajo una mirada panorámica o en perspectiva. “Los que están peor que yo” y “Estuve igual de mal y lo superé” pueden revolotear y posarse en el problema. No los espante, los queremos ahí.
5) Una vez realizados los pasos hasta ahora, cocinaremos con el alma al máximo por unas cuantas horas y lloraremos aproximadamente unos 50 centímetros cúbicos de lágrimas, dejando salir del problema todo lo que ya esté en condiciones de salir dados los procesos anteriores, y nos quedaremos con el jugoso y vulnerable núcleo.
6) Esta es la parte más difícil porque requiere de fuerza de voluntad. Es como sacar una torta del horno que se nos puede desinflar y venir abajo si no tuvimos cuidado: llega el momento de moldear el núcleo en forma de epifanía, de comprender que estamos mejor y reírnos entre las últimas lágrimas de nuestras actitudes recientes. Se permite compartir con alguien.
7) Finalmente, agregue figuras retóricas a gusto para ornamentar y acentuar el efecto epifánico, y una hojita de laurel para el aroma.
¡Hemos encontrado una solución! Felicitaciones, sin más nos despedimos deseando que no nos necesite con mucha frecuencia, y recuerde que una pequeña dosis de problemas de vez en cuando hace bien.
GERMÁN SILVA ZANABRIA
domingo, 11 de abril de 2010
"La Web cambió el modo de escribir"
sábado, 10 de abril de 2010
Instrucciones para elegir, "en un picado" de fútbol
Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a cada uno de sus compañeros.
Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos.
Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida: sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advierten su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.
Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían... ciertas cualidades.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía siempre a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran los más capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico: uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán.
Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
Alejandro Dolina
Intsrucciones para provocar sueños eróticos
Un kilo de raíz fuete.
Tres gallinas blancas.
Una cabeza de ajos.
Cuatro kilos de miel.
Un espejo.
Dos hígados de ternera.
Un ladrillo.
Dos pinzas para ropa.
Un corsé con ballenas.
Dos bigotes postizos.
Sombreros al gusto.
No es indispensable que las plumas sean blancas, pueden también usarse de color, pero hay que evitar las llamadas gallinas de Guinea, pues éstas producen a veces un estado ninfomaniaco de larga duración o graves casos de priapismo. Póngase el corsé bastante apretado. Siéntese ante el espejo, afloje su tensión nerviosa, sonríase, pruébsese los bigotes y los sombreros según sus gustos (tricornio, napoleónico, capelo cardenalicio, cofia con encajes, boina vasca, etcétera). Ponga en un platito las dos pinzas para ropa y déjelo junto a la cama. Entíbiese al baño María los hígados de ternera, teniendo mucho cuidado de que no lleguen a hervir. Colóquense los hígados tibios en lugar de la almohada (en caso de masoquismo) o en ambos lados de la cama, al alcance de las manos (en caso de sadismo). A partir de ese momento, todo debe terminar de hacerse a gran velocidad, para evitar que los hígados se enfríen. Corra y vierta velozmente el caldo (que debe ser muy reducido) en una taza. Regrese con ella apresuradamente ante el espejo, sonría, beba un sorbo de caldo, pruébese un bigote, beba otro sorbo, pruébese un sombrero, beba, pruébese todo, tome sorbitos entre prueba y prueba y hágalo todo tan velozmente como sea capaz. Ya ingerido el caldo, corra a la cama, acuéstese entre las sábanas preparadas, tome rápidamente las pinzas para la ropa e introduzca en cada una de ellas el dedo pulgar del pie. Estas pinzas deben conservarse toda la noche y colocarse en un ángulo de 45 en relación con el dedo, orpimiendo firmemente la uña.
Esta sencilla receta da siempre buenos resultados y las personas normales pueden ir placenteramente del beso a la estrangulación, de la violación al incesto, etcétera, etcétera. Las recetas para casos más complicados, como son los de necrofilia, autofagia, tauromaquia, alpinismo y otros, se encuentran en un volumen especial de nuestra colección: Consejos discretamente sanos.
DE LAS CONDUCTAS INDECOROSAS EN LA MESA DE MI SEÑOR
Éstos son hábitos indecorosos que un invitado a la mesa de mi señor no debe cultivar (y baso esta relación en mis observaciones de aquellos que frecuentaron la mesa de mi señor durante el pasado año):
- Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
- Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
- Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
- No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
- No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
- No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
- No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
- Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
- No ha de limpiar su armadura en la mesa.
- No ha de tomar la comida de la mesa y ponerla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
- No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa misma fuente.
- No ha de escupir frente a él.
- Ni tampoco de lado.
- No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
- No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
- No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
- No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando.
- No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
- No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
- Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
- No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
- No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
- No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
- No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
- Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
- No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia).
- Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.
INSTRUCCIONES
A Elsa Henríquez
Pintar primero una jaula
con la puerta abierta,
pintar después algo bonito,
algo simple,
algo bello,
algo útil
para el pájaro,
apoyar después la tela contra un árbol
en un jardín
en un montecito
o en un bosque
esconderse detrás del árbol
sin decir nada
sin moverse...
A veces el pájaro llega enseguida
pero puede tardar años
antes de decidirse
No hay que desanimarse
hay que esperar
esperar si es necesario durante años
la rapidez o la tardanza en la llegada del pájaro
no tiene nada que ver
con la calidad del cuadro
Cuando el pájaro llega,
si llega,
guardar el más profundo silencio
esperar que el pájaro entre en la jaula
y, una vez que haya entrado,
cerrar suavemente la puerta con el pincel
después
borrar uno a uno todos los barrotes
cuidando de no tocar ninguna pluma del pájaro
Hacer entonces el retrato del árbol
eligiendo la rama más bella
para el pájaro
pintar también el follaje verde y la frescura del viento
el polvillo del sol
y el ruido de los bichitos de la hierba en el calor del versno
y después esperar a que el pájaro se decida a cantar
Si el pájaro no canta,
mala señal,
señal de que el cuadro es malo,
pero si canta, es buena señal
señal de que podés firmar
Entonces hay que arrancarle delicadamente
una pluma al pájaro
y escribir tu nombre en un ángulo del cuadro.
JACQUES PRÉVERT