Bienvenida

Hola a todos:

Este blog es un espacio para el intercambio de los alumnos de Taller de Expresión I de la cátedra Reale.Aquí va una cita de Umberto Eco para iniciar nuestra aula virtual.

"Cuando un escritor dice que ha trabajado impulsado por la inspiración, miente".
Estela

sábado, 24 de abril de 2010

RECETA PARA DESCUBRIR SOLUCIONES

Descubrir soluciones se parece mucho a cocinar: sólo hay que disponer de los ingredientes correctos en el tiempo y orden apropiados. Nosotros brindaremos aquí la receta para uno o pocos problemas. Nuestros lectores son bienvenidos a crear una receta para múltiples de ellos.
Para nuestra solución vamos a necesitar:

- Problema (preferentemente 1 solo)
- Consejos de allegados (7 aproximadamente)
- Tiempo para reflexionar (no menos de una semana)
- Punto de vista panorámico sobre el problema (1)
- Lágrimas (50 centímetros cúbicos aproximadamente)
- Epifanía (1)
- Metáforas, metonimias, y figuras retóricas surtidas (a gusto)

1) Se pela y se lava el problema de modo que sea visible y evidente. Dicho proceso requiere un instructivo propio que excede los propósitos de éste, pero existe y puede adquirirse editado por esta misma editorial.

2) Se condimenta consejos de allegados. Se recomienda variedad de calidades: desde simples conocidos, hasta gente amada, desde consejos esperanzadores, hasta pesimistas. Pero no se sugiere el exceso, porque los consejos son como la sal. Condimentado correctamente, el problema marinará mucho mejor en el siguiente paso.

3) Se deja en remojo en un tiempo de reflexión no inferior a cinco días. Los estímulos recibidos incluido el del problema original son muchos, y debemos dar tiempo a que se acomoden los sabores, y se generen las texturas. El tiempo de reflexión le dará las profundidades reales al problema, o mejor dicho, las revelará, lo cual nos lleva al siguiente paso.

4) Con los estímulos calmados y las profundidades reveladas, procederemos a un último reposo del problema antes de la cocción, bajo una mirada panorámica o en perspectiva. “Los que están peor que yo” y “Estuve igual de mal y lo superé” pueden revolotear y posarse en el problema. No los espante, los queremos ahí.

5) Una vez realizados los pasos hasta ahora, cocinaremos con el alma al máximo por unas cuantas horas y lloraremos aproximadamente unos 50 centímetros cúbicos de lágrimas, dejando salir del problema todo lo que ya esté en condiciones de salir dados los procesos anteriores, y nos quedaremos con el jugoso y vulnerable núcleo.

6) Esta es la parte más difícil porque requiere de fuerza de voluntad. Es como sacar una torta del horno que se nos puede desinflar y venir abajo si no tuvimos cuidado: llega el momento de moldear el núcleo en forma de epifanía, de comprender que estamos mejor y reírnos entre las últimas lágrimas de nuestras actitudes recientes. Se permite compartir con alguien.

7) Finalmente, agregue figuras retóricas a gusto para ornamentar y acentuar el efecto epifánico, y una hojita de laurel para el aroma.
¡Hemos encontrado una solución! Felicitaciones, sin más nos despedimos deseando que no nos necesite con mucha frecuencia, y recuerde que una pequeña dosis de problemas de vez en cuando hace bien.


GERMÁN SILVA ZANABRIA

1 comentario:

Ramiro dijo...

excelente... cada vez que lo leo me gusta más.